"You know the system kills
so you try to take a stance, Boycott"
Aus Rotten
El día 20 de enero del año 2017, marca el inicio de la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos, cuya campaña electoral fue resaltada principalmente por un amplio discurso ligado a la misoginia, la xenofobia, la homofobia y por sobre todo, al racismo. Un discurso vacío y cargado de odio no fueron impedimentos para que llegara al cargo principal del país de norte América y claro, del símbolo del capitalismo mundial. Su imagen de prepotencia y mano dura, no tardaron en generar rechazo en diversos puntos del mundo, pero con ello, las ideas nacionalistas de Trump, tambien llevaron a masificar adeptos, viéndonos rodeados nuevamente de un auge del nacionalismo y la extrema derecha, la cual no estaba extinta, al contrario, siempre haciendose presente y manifestándose de varias formas, transformándose y explotando en diversos actos de fascismo actual.
La muerte de George Floyd el pasado 25 de mayo a manos de un policía, no solo mostró nuevamente la cara de la brutalidad policial, sino que por sobre todo, dejo en claro lo habitual del racismo en Estados Unidos. Claramente el caso no es nuevo, la historia de Estados Unidos está marcada por una ola racista de más de 500 años que sigue hasta nuestros días. Los años en que la esclavitud fueron la base del capitalismo yanqui, se siguen presentando, en segregación, desigualdad social y más aún en una brutalidad que mata, que es permitida y de la cual somos espectadores (es cosa de ver la pasividad con la que se graba el asesinato de Floyd y como la mirada ajena se hace partícipe).
Los hechos ocurridos tras la muerte de George Floyd, trajeron consigo una serie de revueltas similares a las vividas en 1991 con el asesinato de Rodney King a manos de la policía, pero también similares al estallido de octubre en estos lados, porque justamente hay una serie de factores en común, que llevan a las personas a decir basta y hacer frente a un sistema que no solo instala el racismo y la discriminación como norma, sino que además instala la violencia policial, la segregación, la precariedad y la muerte como elementos de dominación en Estados Unidos, Chile y todo el mundo, es justamente frente a estos elementos que miles de personas generan gritos de odio ante los nombres y los símbolos del capital. Es el racismo, es la homofobia, es la xenofobia, es el machismo, es el fascismo actual en su totalidad, es la miseria de nuestras vidas.
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